La solución no-code más flexible de Gestión de Servicios

¿Qué es una base de conocimiento?

Una base de conocimiento, o knowledge base, es un repositorio centralizado donde una organización guarda información útil para que las personas puedan encontrar respuestas por su cuenta.

Suele incluir artículos explicativos, preguntas frecuentes, documentación de procesos, guías de resolución de problemas y políticas internas. Dependiendo del público al que esté dirigida, puede ser interna (para el uso de equipos y empleados) o externa (para clientes, socios o usuarios finales).

Su propósito es que el conocimiento sea fácil de encontrar, mantener y aplicar en toda la organización. En lugar de depender de conversaciones informales o responder las mismas preguntas una y otra vez, los equipos pueden referirse a documentación ya validada y consistente.

Por qué las organizaciones necesitan bases de conocimiento

Cuando la información no está documentada, los equipos dependen de correos, conversaciones dispersas o explicaciones verbales. Con el tiempo, este enfoque genera ineficiencias, respuestas inconsistentes y vacíos de conocimiento, sobre todo cuando alguien con experiencia no está disponible o deja la empresa.

Contar con una base de conocimiento permite conservar el conocimiento acumulado y hacerlo reutilizable. Es una herramienta clave para el onboarding, la capacitación y la consistencia operativa. También promueve la autonomía, ya que tanto el personal como los clientes pueden resolver dudas sin depender de otros.

En la práctica, una base de conocimiento se convierte en un activo operativo. Ayuda a reducir la dependencia de la memoria o de canales informales y mejora el acceso y uso del conocimiento en toda la organización.

5 beneficios de tener una base de conocimiento

Cuando una knowledge base está bien implementada y se actualiza de forma constante, su impacto se nota en varias áreas de la organización. Estos son algunos de los beneficios principales:

  1. Menos demanda para soporte: Tanto clientes como empleados pueden resolver sus dudas por cuenta propia consultando la base de conocimiento, en lugar de enviar tickets o preguntar a alguien más. Esto reduce las consultas repetitivas y permite que el equipo de soporte se enfoque en problemas más complejos.
     
  2. Menor tiempo y costo de onboarding: Las nuevas incorporaciones no dependen únicamente de la ayuda de compañeros o capacitaciones improvisadas. Con los procesos documentados, pueden encontrar fácilmente lo que necesitan para entender herramientas, flujos de trabajo y procedimientos.
     
  3. Información consistente: Un repositorio compartido ayuda a evitar respuestas contradictorias o prácticas desactualizadas. Por ejemplo, el equipo de soporte IT puede atender incidentes similares de forma uniforme si todos usan la misma guía de resolución.
     
  4. Continuidad del conocimiento: Cuando cambian los roles o se va alguien del equipo, se corre el riesgo de perder conocimiento valioso. Una base de conocimiento ayuda a preservar y transferir esa información, reduciendo el impacto de la rotación.
     
  5. Mejor colaboración entre áreas: Cuando cada departamento mantiene su documentación accesible, el resto de los equipos puede consultarla directamente. Esto evita demoras y reduce la ida y vuelta entre áreas como IT, RRHH o Finanzas.

“El conocimiento debería funcionar como una pregunta y respuesta rápida. Alguien tiene una duda, y ahí está la respuesta. Y debe ser fácil de consumir. Entiendo que en temas más técnicos hay muchos pasos, pero aún así, debe ser fácil de entender.”

Liz Bunger, KCS Program Manager en Motive

Tipos de base de conocimiento

Las organizaciones suelen mantener dos tipos principales de knowledge base, según quién necesita acceder a la información y cómo se utiliza.

Pensada para empleados y equipos internos, este tipo de base de conocimiento respalda las operaciones cotidianas y reduce la dependencia de instrucciones verbales o comunicaciones improvisadas.

Suele incluir procedimientos paso a paso, guías de configuración, políticas, material de onboarding, registros de errores conocidos y preguntas frecuentes internas. Una knowledge base interna ayuda a estandarizar prácticas, reducir errores y acelerar la resolución de solicitudes dentro de la organización.

  • Base de conocimiento externa

Dirigida a clientes, socios o usuarios finales, una base de conocimiento externa está orientada a ofrecer información clara y accesible sobre productos, servicios y problemas comunes.

Suele incluir instrucciones de configuración, guías de funcionalidades, ayuda para la gestión de cuentas, políticas de servicio y artículos de resolución de problemas. Una knowledge base externa bien estructurada reduce el volumen de soporte y mejora la satisfacción del cliente al brindar asistencia consistente, disponible en modo autoservicio las 24 horas.

Algunas organizaciones gestionan ambos tipos por separado, mientras que otras los integran con accesos basados en roles, según el público y el nivel de sensibilidad de la información.

Componentes de una base de conocimiento

La efectividad de una base de conocimientos no depende solo del contenido, sino también de qué tan fácil es acceder y usar la información. Estos son algunos de los elementos que contribuyen a su usabilidad, organización y escalabilidad a largo plazo.

Funcionalidades esenciales
Estos son los componentes básicos que toda base de conocimiento debería tener:

  • Barra de búsqueda: Un buscador simple y eficaz no es negociable. Las personas deberían poder escribir una palabra clave o una pregunta y recibir sugerencias precisas, ordenadas por relevancia. La búsqueda debe funcionar incluso cuando los términos no coinciden exactamente con los usados en los artículos.
     
  • Categorización, etiquetas e identificadores: Organizar el contenido en categorías o secciones lógicas facilita la navegación, sobre todo cuando no se sabe exactamente qué buscar. Agrupar por área, producto o tipo de tarea permite escalar la estructura con mayor facilidad. 

    Los artículos de la knowledge base también deberían admitir etiquetas u otros metadatos para conectar temas relacionados. Esto mejora los filtros, sugiere contenido útil y permite hacer recomendaciones dentro de tickets o formularios de solicitud.
     
  • Historial de versiones: Si la organización actualiza políticas o procedimientos con frecuencia, es clave poder hacer seguimiento de los cambios. El control de versiones permite comparar ediciones, mantener trazabilidad y volver a versiones anteriores si es necesario.
     
  • Comentarios y valoraciones: Tener una forma sencilla de marcar artículos como útiles o desactualizados da a los equipos señales claras para mejorar. Algunas herramientas también permiten dejar comentarios rápidos o sugerir correcciones directamente desde el artículo.

Funcionalidades avanzadas

Según la herramienta que se utilice, una knowledge base también puede incorporar funciones avanzadas que ayudan a mantener la calidad del contenido y su escalabilidad:

  • Analíticas e informes: Los datos de uso permiten saber qué artículos se consultan más, en qué punto las personas abandonan la búsqueda o qué falta documentar. Con esa información se pueden definir prioridades para crear nuevo contenido o dar de baja artículos obsoletos.
     
  • Gestión de metadatos: Poder definir campos personalizados — como tipo de audiencia, responsable del documento o etapa de vida útil — agrega estructura y facilita filtros más detallados o flujos automatizados.
     
  • Funciones con inteligencia artificial: Algunas plataformas de gestión del conocimiento incorporan IA para facilitar la creación o mantenimiento del contenido. Por ejemplo, pueden generar artículos a partir de tickets de soporte, sugerir mejoras comparando documentos similares o mostrar artículos recomendados durante la clasificación de tickets.

¿Cómo construir una base de conocimiento?

Crear una base de conocimiento es un proceso continuo que implica definir responsabilidades, mantener la calidad y adaptarse al modo en que trabajan los equipos. A continuación, un enfoque paso a paso para implementarla de forma que funcione tanto a nivel operativo como a largo plazo.

1. Definir el propósito y el alcance

Primero es necesario identificar para quién está pensada la base de conocimiento — si será para equipos internos, clientes, o ambos — y qué tipo de información contendrá. Esto ayudará a definir la estructura, el tono y el modelo de acceso.

2. Elegir la plataforma adecuada

La herramienta elegida debe ajustarse a las necesidades operativas y al tamaño de la base de conocimiento. Algunas organizaciones optan por soluciones independientes de gestión del conocimiento, especialmente si el contenido se distribuye entre múltiples equipos o áreas. 

Otras prefieren plataformas donde la base de conocimiento esté integrada a sistemas más amplios, como herramientas de gestión de servicios IT (ITSM), de modo que funcione en conjunto con solicitudes, incidentes y flujos de soporte.

3. Asignar roles y responsabilidades

Es importante definir quién creará, revisará, aprobará y mantendrá el contenido. Contar con responsables claros evita información desactualizada o contradictoria. Tener un proceso de aprobación definido para publicaciones nuevas y updates será clave para garantizar la calidad del contenido.

4. Establecer estándares editoriales

Conviene definir plantillas, lineamientos de redacción y estructuras de contenido para mantener la coherencia entre los artículos. Un enfoque compartido facilita tanto la escritura como la lectura.

5. Organizar la estructura

Antes de redactar artículos, es recomendable establecer categorías, carpetas o etiquetas. Una estructura clara evita la desorganización y permite a los usuarios encontrar lo que buscan sin depender únicamente del buscador.

6. Crear y publicar primero los artículos más útiles

Es preferible comenzar con temas que generen muchas consultas: errores conocidos, materiales de onboarding, problemas frecuentes de usuarios o solicitudes repetitivas. Priorizar estos contenidos puede reducir la carga de trabajo de los equipos de soporte desde el primer día.

7. Recopilar feedback y ajustar

Permitir que los lectores califiquen los artículos o dejen sugerencias ayuda a detectar contenido confuso, desactualizado o incompleto.

8. Automatizar y mantener

Una vez en funcionamiento, la base de conocimiento debe mantenerse actualizada de forma constante. En lugar de hacerlo manualmente o depender de esfuerzos individuales, se puede estandarizar el proceso mediante flujos de trabajo. Esto resulta útil cuando hay varias personas involucradas en la edición, revisión o publicación del contenido.

Contamos con un workflow de gestión del conocimiento que te ayuda a formalizar cómo se reciben las solicitudes, se revisan los borradores y se publica el contenido. Aplica la misma lógica a la creación de nuevos artículos y a sus actualizaciones, lo que facilita el seguimiento y evita duplicaciones.

Aprovechar la IA en tu base de conocimiento

La inteligencia artificial puede reducir significativamente el tiempo necesario para construir y mantener una knowledge base, especialmente cuando está integrada en herramientas de Gestión de Servicios.

InvGate, por ejemplo, incorpora IA al proceso de gestión del conocimiento de distintas maneras:

  • Creación automática de artículos a partir de tickets resueltos: permite convertir resoluciones de incidentes directamente en artículos, con ayuda de IA. Esto evita trabajo duplicado y mantiene el contenido actualizado.
  • Resúmenes automáticos: al resumir artículos, la IA hace que la información técnica sea más fácil de entender. Gracias al procesamiento de lenguaje natural (NLP), InvGate identifica los puntos clave y los presenta de forma breve y clara, sin necesidad de leer todo el artículo.
  • Conocimiento contextual: durante las conversaciones con el agente virtual de InvGate en Microsoft Teams, la IA puede mostrar resúmenes de artículos relevantes en tiempo real. Esto agiliza las respuestas y reduce la necesidad de abrir tickets, además de encontrar al usuario donde está.

Aunque la inteligencia artificial no reemplaza la supervisión humana, sí acelera la creación de contenido. El equipo puede dedicar más tiempo a revisar y ajustar lo que la IA genera, en lugar de empezar desde cero.

Usar InvGate como software de base de conocimiento

Aunque existen herramientas independientes de gestión del conocimiento, no todas las organizaciones necesitan una plataforma aparte. InvGate Service Management, por ejemplo, incluye un módulo de base de conocimiento integrado que se alinea con los procesos de gestión de servicios. Es una opción práctica para equipos que prefieren centralizar la gestión del conocimiento y la entrega de servicios en un solo lugar.

La herramienta permite flujos automatizados de aprobación, acceso según roles, categorización, recolección de feedback e integración con solicitudes de servicio, todo dentro del mismo sistema. Esto facilita que tanto agentes como usuarios accedan a la información necesaria sin cambiar de plataforma ni duplicar esfuerzos.

Para los equipos que están comenzando a formalizar sus prácticas de gestión del conocimiento, InvGate ofrece una solución estructurada y escalable que se ajusta a las buenas prácticas de ITSM sin la necesidad de mantener una herramienta adicional.

4 buenas prácticas para una base de conocimiento

Para que una base de conocimiento se mantenga útil y pueda crecer con el tiempo, conviene aplicar algunas prácticas básicas desde el inicio:

  • Priorizar la claridad antes que la cantidad: No conviene llenar la base de conocimiento con artículos demasiado largos o detallados. Es mejor enfocarse en que la información sea clara, precisa y útil para necesidades recurrentes. Los artículos deben estar pensados para el lector, no como un volcado completo de todo lo que se sabe sobre un proceso.
     
  • Estandarizar la estructura de los artículos: Un formato consistente permite a los usuarios encontrar respuestas más rápido. Definir plantillas o tipos de artículos — por ejemplo, guías paso a paso, procedimientos de resolución o referencias de políticas — y aplicarlos de forma general facilita la escritura, revisión y actualización.
     
  • Asignar responsables por artículo o tema: Cada artículo debe tener una persona encargada de mantenerlo actualizado. Cuando no hay una asignación clara, el contenido tiende a quedar obsoleto, incluso en sistemas que se usan activamente. Tener responsables ayuda a sostener la calidad conforme crece la base de conocimiento.
     
  • Separar el contenido interno del externo: Publicar ambos tipos de contenido en el mismo espacio puede causar confusión o mostrar información que no debería estar disponible públicamente. Para evitarlo, se pueden usar configuraciones de permisos, categorías diferenciadas o bases de conocimiento separadas que dejen claro el público objetivo y el propósito de cada artículo.
     
Hernan Aranda
Hernan Aranda
2 de junio de 2025

Lea otros artículos como este:

Hernan Aranda
Hernan Aranda
30 de abril de 2025
Hernan Aranda
Hernan Aranda
30 de abril de 2025